Topo Gigio es más viejo que Matusalén dicen algunos. Aunque no es para tanto, al menos ya cumplió medio siglo de entretener a la niñez del planeta Tierra. De orígen italiano, todavía hay entusiastas que piensan que el personaje es en realidad un topo mal clonado, y no faltan las mentes suspicaces que sostienen debates acalorados, intentando establecer que su orígen es el resultado de un desafortunado proceso de hibridación con el ADN de un topo y de un ratón. Algunos han llegado muy lejos dando incluso el nombre del desquiciado científico que produjo la mal lograda hibridación. Yo personalmente no doy crédito a esas patrañas y prefiero pensar que en realidad se trata de un simpático ratoncito con personalidad infantil y de ojos vivarachos que surgió a la luz en 1958. Su creadora fue la italiana Maria Perego y el personaje tuvo sus primeras presentaciones en televisión (en riguroso blanco y negro), en un programa de televisión llamado "Cansonizzima". Llevarlo a la vida al parecer era una proeza que lograban cuatro personas trabajando en equipo. Tres tipos se encargaban de los movimientos del cuerpo de Gigio y uno más brindaba su voz. El primero -y tal vez el más recordado- en hacer la voz de Topo Gigio fue Giuseppe "Peppino" Mazzullo. En Italia la popularidad de este peculiar ratoncito aumentó de manera exponencial, asi que fue animado a presentarse en España donde también fue aceptado y querido. En 1964 fue llamado a la televisión estadounidense para una serie de presentaciones triunfales, especificamente en el Show De Ed Sullivan. Y de ahí pa'l real: Gigio fue catapultado hacia varios países de América Latina incluyendo por supuesto México en donde su auge tuvo lugar durante la década de los años 70s.
A mi me encantaba su programa de televisión en dónde solía cantar, bailar y contar historias. A la primera oportunidad le pedí a mi madre que me regalara un disco con sus canciones. La situación económica de la familia ha sido eternamente precaria y en aquel entonces no era la excepción así que solo alcanzó para un disco E.P. (abreviación del inglés "extended play", disco de vinilo con 4 canciones, dos por cada lado). Aún recuerdo con nostalgia los títulos de los temas musicales de aquel vinilo editado por discos Raff: "Yo quiero amigos" (del cantautor Roberto Carlos), "Un Gato en la oscuridad" (de Toto Savio), "El Rey" (posiblemente mi primer contacto con las canciones del enorme José Alfredo Jiménez), y "Oh Carol" (de Neal Sedaka, que en realidad era mi canción favorita del disco.) No obstante, las cosas son como tienen que ser, y el programa de Topo Gigio salió del aire al terminar la década de los 70s. Regresó por sus fueros a la televisión mexicana varias veces durante los años 80s y principios de los 90s, pero algo en Gigio había cambiado para mi sorpresa. Ahora lo forzaban a decir frases absurdas y su contraparte humana era un aburrido e insípido Raúl Astor, todo lo cual me hizo huir despavorido y accionar con extremada urgencia el control remoto del televisor para cambiar de canal. Mientras tanto, en países tan lejanos como Japón, Gigio también hizo de las suyas. Los japoneses -que a todo le hallan- crearon una serie de dibujos animados para la televisión en donde Gigio emprende un viaje psicodélico al espacio exterior tan solo para regresar décadas más tarde. En alguno otro rincón del planeta se convirtió en la mascota de un equipo de futbol. Hoy en día, en congruencia con la era del internet y las redes sociales, Gigio tiene su página web oficial y su página oficial en Facebook. A pesar de todo, ninguna de las extravagancias de la era digital ha logrado borrar los gratos y dulces recuerdos que guardo acerca de este adorable personaje. Remembranzas del jardín de niños, juegos y sonrisas vienen a mi mente cuando escucho las canciones de Topo Gigio.
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