Durante muchos años la emisora XEQK proporcionó en México la hora exacta por medio del Centro Nacional de Metrología. Recuerdo que en las mañanas mi mamá nos levantaba, prendía la radio y sintonizaba esa estación mientras nos apuraba para evitar que llegáramos tarde a la escuela. La estación de radio XEQK 1350 en amplitud modulada y su legendario lema "Haste, Haste la hora de México" durante décadas acompañó a todas aquellas personas que deseaban llegar puntual a la reunión, a la escuela, al brindis o al centro de trabajo. Fue inaugurada el 1 de enero de 1940 y por sus filas pasaron varios locutores, pero los más recordados son Luis Ríos Castañeda, Alonso Díaz de la Vega y Ramón Ríos Hernández, cuyas voces previamente grabadas eran intercaladas con breves anuncios comerciales de escasos 5 segundos de duración, y cada minuto, era anunciada la hora exacta, El resultado era un incesante carrusel sonoro que transcurría con extraña monotonía, cautivadora para algunos y perturbadora para otros. En el inconsciente colectivo de muchos mexicanos quedaron grabadas varias frases de anuncios comerciales que transmitía la emisora, por ejemplo: "Carlos Cerro el hombre bomba no tiene sucursales"; "Chocolates Turín, ricos de principio a fin"; "De Sonora a Yucatán, se usan sombreros Tardan"; y muchas otras más. En 1994, tuve la oportunidad de conocer la estación, cuando ya pertenecía al grupo IMER y el declive era inminente. La habían reducido a una pequeña cabina de radio, en cuyo interior se observaba una solitaria máquina que reproducía una cinta magnética de carrete abierto, girando sin cesar. En aquél entonces la estación transmitía en la frecuencia de 1350 kilohertz. En el año 2003, sorpresivamente la emisora dejó de transmitir la hora exacta y en su lugar adquirió el concepto de "La Radio de los Ciudadanos". Dos años más tarde, en el 2005, la XEQK volvió a transmitir la hora exacta y Radio Ciudadana quedó desplazada a la frecuencia de 660 kilohertz. Sin embargo, "La hora del observatorio" desapareció para siempre en el año 2008, cediendo su espacio a la estación "Tropicalísima 1350". No hay manera de evitar la nostalgia y los recuerdos de infancia al escuchar de nuevo y por primera vez en muchos años, aquellas monótonas pero serviciales voces, que venciendo las inescrutables barreras del espacio-tiempo, regresan por última vez para decirnos: "Ponga a tiempo su reloj, esta es la hora exacta".