"¡Vámonos con Pancho Villa!" es una de las mejores películas en la historia de la cinematografía mexicana. Fue protagonizada por los actores Antonio R. Frausto, Manuel Tamés, Ramón Vallarino, Carlos López "Chaflán", Raul de Anda, y Domingo Soler (en el papel de Pancho Villa), todos bajo la dirección de Fernando de Fuentes. El filme producido por CLASA films, narra las peripecias de 6 jóvenes campesinos apodados "Los Leones de San Pablo", quienes seducidos por el concepto romántico de la Revolución, deciden unirse a las fuerzas de Pancho Villa. Los jóvenes rancheros al principio ven en Villa a un héroe justiciero, pero conforme pasa el tiempo descubren el verdadero carácter del Centauro del Norte, frío, contradictorio y despiadado. A medida que avanza la historia —adaptada de la novela homónima escrita por Rafael F. Muñoz—, "Los Leones" también quedan desencantados con la sanguinaria revuelta revolucionaria. El destacado músico mexicano Silvestre Revueltas se encargó de la música de fondo y tuvo una breve aparición en la cinta, tocando el piano en una cantina de Torreón. En mi opinión, la actuación de Antonio R. Frausto en el papel de Tiburcio Maya, es excepcional. Los diálogos son naturales, contundentes y a pesar de las décadas transcurridas no han perdido frescura. Varias escenas son impresionantes, como aquella en que Tiburcio ha estado atendiendo a Miguel Ángel Del Toro (El Becerrillo), enfermo de viruela. Villa ordena la cremación del amigo, vivo o muerto, porque teme que la enfermedad se propague entre la tropa. Nadie quiere estar cerca de Tiburcio, porque ha estado en continuo contacto con el enfermo, pero aquél les reprocha sin tapujos: ¡Cobardes, a poco creen que van a vivir 100 años!
Algunos críticos de cine dicen que esta película tiene el mérito de recrear con acierto un momento histórico de la nación, sin pretensiones oficialistas, sin exaltaciones individuales, y sobre todo, sin compromisos con el Estado. Otros destacan la dirección de Fernando de Fuentes, quien impregnó una impactante autenticidad a la cinta, otorgando al tren el lugar preponderante que desempeñó como medio de transporte durante la Revolución Mexicana. También alaban de Fuentes su penetrante visión cinematográfica del fenómeno revolucionario, así como su construcción dramática. Otro mérito consiste en desmitificar a Villa como héroe revolucionario, y retratarlo como un hombre con debilidades, frío, cruel e indiferente. Durante la filmación los productores encararon problemas financieros y el director cayó enfermo, por lo que el rodaje fue suspendido varias veces. Finalmente fue estrenada con más pena que gloria el 31 de diciembre de 1936 en el cine Palacio de la Ciudad de México, permaneciendo únicamente una semana en cartelera. La película fue opacada por otra obra del mismo director, estrenada en octubre del mismo año, llamada "Allá En El Rancho Grande". Sin embargo, con el paso de los años "¡Vámonos con Pancho Villa!" ha ganado popularidad convirtiéndose en cinta de culto, pues críticos y cinéfilos han reconocido los méritos cinematográficos del filme. En 1994 la revista "Somos" ubicó esta cinta en la posición número 1 entre las 100 mejores películas del cine mexicano. En 1973 la filmoteca de la UNAM encontró un final alternativo en una cinta de 16 mm, cuyo final es más cruel que el ya conocido, pero hasta ahora nadie ha podido determinar por qué fue descartado de la película. En 1982 la televisión mexicana (canal 13 de Imevisión) transmitió por vez primera la película, incluyendo el polémico final alternativo. Hay quienes afirman que existe un tercer final, pues esta escrito en el guión original. pero nadie ha podido localizarlo, si es que alguna vez fue filmado. La temporada decembrina es el pretexto ideal para redescubrir y disfrutar "¡Vámonos con Pancho Villa!", película que ha resistido con firmeza la decisiva prueba del tiempo y además, antídoto ideal contra la sobre valorada industria hollywoodense, plagada de historias vacías y truculentos efectos especiales.
1 comentarios:
Muy buena recomendación, (no sé por qué no la había visto antes si ya había visto "El compadre Mendoza", también de Fernando Fuentes). De los actores solo conocía a Domingo Soler y a Antonio Frausto, que fue el actor principal. La película mantiene la atención todo el tiempo, con un final inesperado.
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